La serenidad del individuo

Como muchos ya sabréis, hace par de meses que me inicié como sacerdote de Segundo Grado de la Tradición Correlliana. Este entrenamiento es largo, intenso y abarca muchos saberes, tal y como comenté en su día en esta entrada. Sin embargo, la última lección del Segundo Grado conecta con las dos primeras lecciones del Tercer Grado y creo que, en conjunto, son de especial importancia para aquellas personas que aspiran a ser sacerdotes o sacerdotisas con ciertas responsabilidades de cara a la comunidad pagana.

No quiero hacer demasiado spoiler, así que simplemente mencionaré que éstas abarcan temas como la apariencia pública, las virtudes del clero correlliano, el comportamiento en público, las dinámicas de grupo y la resolución de conflictos, que es el tema de la entrada de hoy.

La Tradición Correlliana tiene un concepto denominado la Serenidad de la Tradición, que implica una actitud discreta ante problemas comunitarios. Con esto me refiero a que si una persona perteneciente a la Tradición tiene algún conflicto con otra, éste deberá ser resuelto entre ambas mediante el diálogo mutuo o a través de la mediación de un miembro del clero de Tercer Grado si éstas no pueden resolver sus diferencias, pero en ningún caso se deben airear públicamente los problemas y menos aún en redes sociales a través de sus respectivos grupos o chats. 

El trasladar a un ámbito público los problemas tan sólo implica la aparición de una bola de nieve de rumores y malos sentimientos, lo que en inglés se conoce como rumor mills, hasta que termina en una auténtica guerra de brujas que implica a muchas más personas de las dos implicadas inicialmente. Ante esto, la Tradición Correlliana apuesta en todo momento por una resolución cordial y discreta del conflicto, antes de poner en entredicho seriedad de ésta o el grado de madurez de sus sacerdotes y sacerdotisas ya que, desde el momento en el que nos iniciamos en Primer Grado, somos representantes de nuestra Tradición, diciendo nuestras acciones mucho más que nuestras palabras.

Tras estudiar estas tres lecciones que comentaba anteriormente, yo apuesto por un nuevo concepto aplicable al ámbito personal: la Serenidad del Individuo. Como paganos, independientemente de nuestros conocimientos, nuestro nivel, nuestro linaje o nuestro camino espiritual, debemos hacer un ejemplo de nuestras vidas, especialmente en la relación y el trato con los demás miembros de nuestra comunidad. Ya no se trata de dejar en buen lugar a la Tradición a la que pertenezcamos, sino que es una cuestión de respeto hacia uno mismo y hacia los demás. 

Al fin y al cabo... ¿qué confianza inspira una persona que alardea de saberlo todo, que vive de la creación de rumores, que se aprovecha del trabajo de otros o que hace de su vida un drama público en las redes sociales?

Nuhmen Delos.




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