Celebraciones interreligiosas del mes de diciembre

Diciembre es un mes muy especial para muchos de nosotros, el cual nos trae una gran cantidad de fiestas, reuniones y sorpresas que nos alegran y nos animan a terminar con una sonrisa los últimos días del año. Sorprendentemente, estas fechas suponen un amasijo de opiniones enfrentadas entre algunos individuos dentro de la comunidad pagana respecto a la celebración de las mismas. A mediados de mes, muchos de nosotros ya estamos planificando estas últimas semanas del año que se nos avecinan, empezamos a organizarnos con nuestras familias y amigos y, lógicamente, esto también se ve reflejado en las redes sociales. Leo con tristeza cómo hay paganos que se radicalizan en estas fechas y critican a otros por unirse a las celebraciones de invierno. Que si es absurdo juntarse en Nochebuena o Navidad con la familia porque para nosotros estos días no significan nada en el paganismo, que si es una estupidez celebrar el fin de año porque litúrgicamente el fin de año pagano es el 31 de octubre, que si es extraño dar regalos a nuestros seres queridos e incluso que resulta incoherente siendo pagano desear feliz navidad a los demás.

Allá cada uno con sus pensamientos e ideas. Siempre he afirmado que si hay algo intrínseco dentro del paganismo son las festividades, la celebración de la vida y el disfrute con las personas que nos importan, además de que podemos llegar a ser bastante eclécticos y es posible adoptar (y adaptar) las fiestas que en estos días tienen lugar, adándoles un toque brujeril a las mismas. A muchos puede sorprenderles esta idea, pero como las experiencias personales suelen ser mucho más llamativas que las disertaciones teóricas, hoy me gustaría contaros cómo celebro yo con mi familia estos días.

Cada año, en torno a nochebuena o nochevieja, una parte de mi familia materna nos vamos a pasar unos días juntos a unas casas rurales en el campo que están perdidas en mitad de la nada, sin demasiada cobertura y a un ratito en coche del pueblo más cercano. Aclarar que entre todos los que nos juntamos hay católicos practicantes, ateos, agnósticos y yo, que soy pagano. Todo comienza cuando llegamos a las casas más o menos todos a la vez con los coches cargados. Es un auténtico show vernos llenos de cajas con comida, útiles de cocina, decoraciones, las maletas llenas de ropa, los palos de senderismo, e incluso los dos rottweilers de mi prima, que salen del coche arramblando con todo para saludarnos mientras los demás no podemos parar de reír al ver cómo vamos de cargados. 

Una vez todo más o menos organizado, mi tía y yo comenzamos a decorar. Ella, cristiana, se lleva siempre un pequeño belén que suele colocar el borde de a chimenea, además de algunos ángeles. También suele traer stickers adhesivos con motivos de renos y copos de nieve para colocar en las ventanas, mientras que yo me encargo de decorar el interior de la casa con varias cadenas de luces que crean un ambiente muy acogedor al atardecer. Por otro lado, también suelo hacer algunos adornos basados en estrellas o copos de nieve haciendo alusión al solsticio de invierno, Ella decora pensando en el nacimiento de Jesús, yo baso mi decoración en el simbolismo del nacimiento de la luz y, combinando ambas cosas, el salón principal de la casa rural queda con un ambiente bastante festivo.

Como allí hace mucho frío, acto seguido encendemos la chimenea. Hace ya unos años que el marido de mi prima me enseñó a encender una buena hoguera con cualquier tipo de leña disponible. Él la solía encender los primeros años, pero con el paso del tiempo me pasó a mi el cargo, diciendo entre risas que hay algo extraño, místico y casi chamánico en mi forma de encender la chimenea y que le gusta verlo. Sí, aunque él no lo sepa, limpio energéticamente la zona y consagro la madera mientras la voy colocando a la vez que deseo que pasemos unos días cargados de armonía y felicidad. Desde hace poco, él sugirió guardar un trocito de la madera del año anterior y usarlo para encender la chimenea el año siguiente. ¡Qué curiosa su propuesta! ¿A que nos suena esta práctica a los paganos?

En mi familia materna siempre reina el cachondeo y las risas, y rara es la ocasión en la que no nos sentamos junto al fuego a contar anécdotas familiares que, irremediablemente, acaban llevándonos a hablar de nuestros abuelos, que ya no están con nosotros. Acabamos siempre con la conclusión de que es curioso que nos acordemos de ellos para bien y no nos entristezca su ausencia en estas fiestas, pero el caso es que mi abuela organizaba unas nochebuenas para toda la familia al completo ella sola en su casa y no dejaba a nadie ayudar. Y cuando digo al completo... ¡me refiero a más de 20 personas! Decoraciones, comidas, dulces, organización de la mesa... ¿acaso ella no querría que siguiéramos haciéndolo? Es nuestra peculiar forma de honrar a nuestros antepasados, algo frecuente dentro de muchas tradiciones paganas. Incluso el día principal (nochebuena o nochevieja, según el año) mi madre prepara una carne especial que mi abuela cocinaba en su honor, lo cual es otra forma de tenerla presente entre nosotros.

La cena del día principal trascurre entre risas y sin connotaciones religiosas de ningún tipo, celebrando el hecho de estar reunidos una vez más. Para mis primos pequeños hacemos todos los años un pequeño show en el que papá noel o un rey mago viene a dejar los regalos, lo cual es un momento esperado por todos debido a lo desternillante y absurdo que es. Desde mi tío interpretando al Rey Melchor hablando en ¿chino? para que no le entendiésemos, pasando por mi padre de Rey Baltasar con acento cubano, pasando por mí mismo vestido de papá noel pseudoacróbata que corría por toda la casa saltando regalos para evitar que mi primo pequeño me tirase de la barba y descubriese mi identidad... cada año es un auténtico espectáculo. Y sí, encaje o no con nuestras creencias, todos nos picamos por ver cómo superar la actuación del año anterior, convirtiéndose casi en una competición, lo cual me hace recordar nuestros concursos de villancicos por dúos, tríos y cuartetos, cuyas letras hemos versionado tanto que han perdido ya sus connotaciones religiosas. ¿Pero y lo que nos reímos?

Por último, también me gustaría mencionar las numerosas rutas de senderismo que hacemos, en las cuales vamos explicando las curiosidades, propiedades y aplicaciones de muchas plantas de las que vemos mientras caminamos, lo cual es una forma de conectarse con la Tierra y el entorno que nos rodea.

Si habéis leído entre líneas, veréis cómo en medio de todas estas celebraciones que hacemos en mi familia hay una gran cantidad de detalles ligados al paganismo y sus prácticas que conviven armónicamente con el ambiente festivo. Y es que a los paganos se nos conoce por apuntarnos a un bombardeo* y celebrar hasta el simple hecho de respirar. Así que, sea Yule, nochebuena, Navidad, el solsticio de invierno, nochevieja o año nuevo... ¡celébralo con aquellos que te importan!

Nuhmen Delos.



*apuntarse a un bombardeo: expresión muy utilizada en España utilizada para designar el no perderse ni un evento o fiesta y estar siempre dispuesto a participar en las actividades que otros proponen.

1 comentario:

  1. Genial Pablo, yo pienso exactamente igual, como ya sabes. Felices fiestas!

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