La meditación es una práctica en la que la persona canaliza sus pensamientos hacia un punto determinado y se sumerge en un estado alterado de consciencia. Los beneficios de la meditación han sido ampliamente demostrados y, por ello, cada vez más personas recurren a esta práctica en busca de un momento de paz interior, de desconexión con la rutina diaria o de trabajo espiritual personal. Sea cual sea el motivo por el que acudimos a la meditación, siempre es un acierto introducir esta práctica en nuestras vidas.
Sin embargo, cuando decidimos incorporar la meditación a nuestro día a día y damos nuestros primeros pasos en este mundo, siempre nos surgen algunas preguntas: ¿cuánto tiempo debo meditar? ¿hay una única forma correcta de hacerlo? ¿qué postura debo adoptar mientras medito? ¿cuál es el mejor momento para hacerlo? En este artículo daremos respuesta a todas ellas.
¿Cuál es el mejor momento del día para meditar?
Cuando decidimos incorporar la meditación a nuestra vida, lo mejor es buscar siempre el mismo momento cada día para crear una rutina. Una buena opción es levantarse diez o quince minutos antes y aprovechar el silencio en casa antes de que se levante el resto de la gente. Esto requiere sacrificar unos minutos de sueño, pero nos permitirá comenzar el día con la mente despejada. Otra opción es meditar después de comer o al volver del trabajo para despejar de nuestra mente los pensamientos y preocupaciones de la jornada laboral y dar comienzo a nuestro tiempo libre en la calidez de nuestro hogar. Por último, irse a la cama unos minutos antes para meditar garantiza una mejor calidad de sueño, ya que nos permite desconectar de las preocupaciones de todo el día, pero corremos el riesgo de quedarnos dormidos. Es cuestión de probar diferentes momentos y descubrir cuál es el más adecuado para nosotros.
¿Dónde se puede meditar?
Nuestras vidas ajetreadas y el pequeño tamaño de muchos de nuestros hogares no dan lugar a tener un espacio destinado a la meditación, por lo que resulta necesario adaptarse al entorno que tenemos. Para ello debemos encontrar un lugar en el que nadie nos moleste durante quince o veinte minutos y por ello el dormitorio es una buena opción, pero también puede serlo una sala de estudio o incluso la cocina en horas de poco ajetreo. Por otro lado, la terraza, el jardín o un parque cercano también son excelente lugares para meditar una vez que hemos aprendido a no prestar atención a posibles ruidos externos que puedan distraernos, y si queremos disfrutar de una experiencia plena, nada mejor que salir al medio natural, como la playa, el bosque o la sierra, para meditar.
¿Cómo se puede crear un buen ambiente para meditar?
Una vez encontrado el lugar, es el momento de crear un ambiente adecuado que nos haga sentir a gusto y nos predisponga a la meditación. Lo mejor es bajar un poco las persianas y encender alguna vela para disfrutar de una iluminación tenue que nos permita relajarnos. El uso de incienso o aceites esenciales en un difusor también puede ser interesante, pero debemos ponerlos alejados de nosotros para que no nos moleste el humo o los olores demasiado fuertes. Finalmente, debemos disponer de una zona en la que ubicarnos para meditar: el suelo, un colchón, una esterilla de yoga... sea cual sea nuestra elección, debemos procurar que sea lo suficientemente cómoda como para no terminar con el cuerpo entumecido, pero no tanto como para quedarnos dormidos. Es importante también disponer de algún tipo de tela con la que cubrir nuestro cuerpo, ya que durante la meditación baja la temperatura corporal y siempre viene bien tener una a mano.
¿Cuánto tiempo hay que dedicar a la meditación?
Lo importante aquí no es el tiempo, sino la constancia de la práctica meditativa. Es mejor comenzar con tres o cuatro minutos de meditación diarios y ser conscientes del progreso, a intentar meditar media hora cada día y terminar aburriéndonos o quedándonos dormidos. Nuestro propio cuerpo nos va pidiendo más o menos tiempo en función de nuestro estado anímico o la práctica que tengamos en esta disciplina, por lo que la mejor opción siempre será escucharnos y sentir si debemos continuar la meditación unos minutos más o si debemos volver al aquí y ahora. Para ello lo mejor es escoger una música suave de una duración determinada (en youtube hay muchísimas) o poner una alarma en el móvil para que suene una vez que haya pasado el tiempo que hayamos decidido meditar. En este caso, es importante que la alarma no sea una melodía estridente y que su volumen no sea demasiado alto para no sobresaltarnos. Una app para el móvil que puede ayudarnos en esto es “Música para meditar”, la cual nos ofrece diversas melodías y nos permite establecer un tiempo determinado, de forma que la música se para una vez haya pasado dicho intervalo de tiempo.
¿Cuál es la postura más adecuada?
La postura a la hora de meditar resulta muy importante. No hay una postura ideal, sino que somos nosotros quienes debemos encontrar cuál es la que mejor resultados nos proporciona. Hay quien se acuesta sobre su espalda, hay quien medita en una silla o de pie, e incluso hay quien realiza complicadas asanas de yoga durante su tiempo de meditación. Lo importante es mantener la columna recta y, si al tumbarnos el sueño parece vencernos, es una buena opción probar a meditar sentados. Una buena idea para evitar calambres o el entumecimiento de alguna zona del cuerpo es realizar algunos estiramientos antes de ponernos a meditar.
¿Cómo empiezo a meditar?
Este quizá es el paso más difícil. Lo primero que debemos hacer es prestar atención a nuestra respiración y ser conscientes de cómo el aire entra y sale de nuestro cuerpo. Una vez hecho esto, podemos centrarnos en la contemplación de nuestros pensamientos: no se trata de dejar la mente en blanco, sino dejarlos ir, como si estuviésemos viendo una película y no fuese posible retener las imágenes. Una vez dominada la atención a la respiración durante la meditación y el control de los pensamientos, estaremos en disposición de probar alguna de las meditaciones que se proponen en esta página.
Aquí te dejo algunos enlaces con música para poner de fondo durante la meditación, por si te resultan de utilidad.
Nuhmen Delos ~
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