Iniciaciones en el camino espiritual

Esta mañana me despertó un trueno que retumbó en en toda la casa. Aún no había amanecido, el viento entraba colándose por la ventana y un agradable olor a humedad flotaba en mi habitación mientras fuera una tormenta en todo su esplendor descargaba agua a raudales sobre la tierra. De pronto, sentí que había vivido esto antes y, en efecto así fue. Con el mismo panorama comenzó mi día justo dos años atrás y los hechos vividos en aquel momento son los que me han inspirado hoy a escribir esta entrada sobre iniciaciones. 

Para aquellos que no me conozcan, hace dos años me inicié como sacerdote de Primer Grado de la Tradición Correlliana en un íntimo ritual con un compañero y amigo del camino espiritual, que también se inició aquel día. Esta ceremonia, en la que perdí la noción del espacio y el tiempo durante todo el proceso, fue el primer rito de paso de mi camino espiritual. A esta iniciación les han seguido muchas otras: algunas de ellas han sido bastante íntimas y simbólicas, otras han supuesto un antes y un después en mi vida, mientras que alguna de ellas me ha dejado bastante indiferente, y precisamente de esto es de lo que quiero hablar.

¿Qué podemos esperar de una iniciación?

Hace poco me hicieron esta pregunta y no supe qué responder exactamente. Personalmente, no tengo expectativas en cuanto a las iniciaciones, sino que simplemente me dejo llevar por la marea de energía que éstas implican, dando paso a cambios y transformaciones en mi vida.

Soy consciente de que hay personas que esperan rituales espectacularmente vistosos con resultados inmediatos y altamente transformadores, mientras que otros piensan que tampoco es necesaria ninguna parafernalia, salvo iniciador e iniciado, y esperan que su iniciación sea un rito íntimo y sencillo. Ambos puntos de vista son totalmente válidos, puesto que un rito de paso es completamente personal y por ello cada individuo puede tener sus expectativas.

Mi consejo es no esperar nada, y así siempre te llevarás una sorpresa porque, ya sea más o menos, seguro que algo te aportará.

¿Qué debemos tener en cuenta como iniciadores?

Si bien aún no puedo realizar iniciaciones de forma directa (en mi tradición esto sucede en Tercer Grado), estas no son más que otro rito de paso, y en este tema sí me he formado a lo largo de mis estudios paganos, habiendo incluso dirigido ya alguno como sacerdote. 

Emblema del Primer Grado en la
Tradición Nativista Correlliana

Como personas que llevan a cabo una de estas ceremonias, debemos recordar que una iniciación es algo que celebramos para otra persona. He visto y experimentado de primera mano ceremonias en las que no se ha tenido ni una conversación previa con el individuo que va a ser iniciado, no se le ha informado prácticamente de nada, o ni siquiera se ha tenido una charla post-iniciación para ver cómo se siente. 

Otro tipo de iniciaciones que me apenan mucho son las realizadas en serie, muy habituales en los intensivos de Reiki. En lugar de celebrar un rito íntimo y especial para la persona, se lleva a cabo una ceremonia realizada de forma casi automática por el iniciador, quedándose el iniciado con una sensación de ¿esto es todo? tras el ritual. 

Así pues, hago un llamamiento a todos aquellos que tengan la responsabilidad de dirigir un acontecimiento tan importante: hagamos de estos ritos de paso algo especial, íntimo y bonito para nuestros iniciados. Si una bendición de un bebé o una boda son rituales especialmente bellos, ¿por qué una iniciación iba a ser menos?

Nuhmen Delos.